—¡Retrocede, prepara el campamento! —Lu Cheng miró profundamente a Han Xiao y recorrió con la vista a los refugiados. Dejó que sus tropas armaran un campamento en la distancia y miró con avidez.
Los jugadores se pusieron inquietos. Algunos jugadores que aún no habían elegido su lado estaban observando la situación. Parecía que el equipo del pueblo Valle Verde tenía una mayor posibilidad de ganar.
El cielo se oscureció.
Han Xiao caminó hacia el campamento de Lu Cheng, y los guardias levantaron sus armas apresuradamente cuando lo vieron acercarse.
—Relájense, solo quiero tener una breve discusión con su líder —les aseguró Han Xiao.
Los guardias continuaron sujetando sus armas y no permitieron que Han Xiao entrara en el campamento.
En este momento, Lu Cheng escuchó el alboroto y se acercó. —Déjenlo entrar.
