—Nos volveremos a encontrar, señor Cheng.
Cheng Shan Shui estaba esperando ansiosamente el resultado de su tarea cuando escuchó una voz. Levantó la cabeza y vio que era el hombre, cuyo nombre clave era Lawson, que previamente había rechazado su misión. Era un asesino de nivel Escorpión.
—Oh. Eres tú. ¿Cómo estás?
—Tengo algo de tiempo libre por ahora. Puedo tomar tu tarea —dijo Lawson con frialdad.
Los ojos de Cheng Shan Shui brillaron por un momento antes de volverse sombríos nuevamente. —Lo siento, mi tarea ya ha sido aceptada por otra persona.
Cheng Shan Shui le dio una sonrisa amarga.
La regla de la Sociedad del Pacto de Sangre dictaba que una vez que se había establecido un contrato, nadie podía alterarlo.
Lawson estaba un poco decepcionado al escuchar sus palabras.