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Chapter 15 - Capítulo 15 - El Robo

—Quién sabe, tal vez fue inevitable. La lucha social estaba destinada a alcanzar un punto de ebullición. Tal vez el dolor a corto plazo es mejor que el sufrimiento a largo plazo. —Han Xiao se encogió de hombros.

La batalla de Andrea talló en piedra el paisaje posterior a la unificación del planeta.

Andrea era el nombre de un continente, que era hogar de varias naciones. A medida que se desarrollaba la guerra, Andrea se había convertido, por alguna razón, en la representante del conflicto. Era como si todos los países hubieran acordado resolver las cosas de una vez por todas, como si estuvieran tratando de contener la escala del daño infligido en el planeta. Sin embargo, como resultado se perdieron miles de millones de vidas.

Para cuando terminó la guerra, todo lo que quedaba de Andrea era un desierto desolado de tierra chamuscada y árboles marchitos. Sus ríos quedaron secos y ya no existía el exuberante y fértil paisaje. Las Seis Naciones simplemente empacaron y se fueron tan pronto como terminó la batalla, ignorando la destrucción que habían causado.

Han Xiao notó una vieja ampolla en la palma de Hu Xuan Jun.

—¿Solías ser un soldado? —preguntó.

—Sí, por más de diez años.

—Pensé que los remanentes como tú elegirían unirse a la Organización Germinal.

Hu Xuan Jun negó con la cabeza.

—Mi país de origen fue anexado pacíficamente por Estrelladragón. Los soldados como yo no teníamos voz ni voto. Simplemente acatamos la decisión que tomaron nuestros líderes. Detesto a las Seis Naciones, pero la Organización Germinal no es mejor. Salieron de la nada para aprovechar nuestro odio por las Seis Naciones. —Suspiró.— Soy un hombre sencillo. Todo lo que quiero es escapar de la guerra.

—La guerra es cruel. Mis ojos fueron cegados por una granada de flash. Mi esposo y yo huimos incansablemente antes de instalarnos aquí. Aunque la vida como un nómada no es fácil, es mejor que la guerra —intervino An.

Cuando ella terminó de hablar, un delicioso olor a carne llenó la tienda, causando que la boca de Han Xiao se llenara de agua.

—¿Cómo puedes cocinar sin poder ver? —preguntó.

An hinchó sus mejillas.

—¡No me menosprecies! Puede que esté ciega, ¡pero todavía puedo oler, escuchar y sentir! No es como si no tuviera extremidades.

Hu Xuan Jun sonrió.

—Ella tiene un carácter fuerte. Ni siquiera me deja cuidar de ella.

—No quiero ser una carga —respondió An dócilmente, lo que incitó a Hu Xuan Jun a rascarse la cabeza con vergüenza. Se apresuró a cambiar de tema.

—Oh, cierto, te dejaré echarle un vistazo a mi bebé.

Hu Xuan Jun abrió una caja de almacenamiento junto a él para recuperar un arma anticuada.

—Veamos si conoces tus armas —dijo con orgullo.

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Mosquetón De Bayoneta (Época Antigua)

Grado: Promedio

Estadísticas base:

Daño: 38-40

Tasa de fuego: 0.9 / s

Capacidad del Cargador: 20

Rango: 200 metros

Potencia de salida: 25

Durabilidad: 5/300

Bono de Estadística: +1 Destreza

Longitud: 77 cm

Peso: 7,1 kg.

Efectos adicionales: Preciso

Observaciones: Esta arma ha acompañado a su maestro a través de innumerables batallas.

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—Es una estupenda arma —elogió Han Xiao—. Aunque se ha utilizado durante tanto tiempo, todavía la mantienes bien pulida. El cañón es perfecto. Verdaderamente un arma bien hecha.

—Ésta arma es mi compañera. Me ha acompañado durante casi diez años. —Hu Xuan Jun se rio.—Solo parece nueva porque la engraso con frecuencia. La verdad es que su funcionamiento se ha deteriorado. Ya no se puede utilizar.

Los dos continuaron charlando hasta que el cielo se oscureció y An terminó de cocinar.

An había cocinado una olla gigantesca de sopa cremosa rellena de carne tierna y verduras silvestres. No solo era extremadamente sabrosa, sino que también olía bien y era visualmente apetecible. Han Xiao no pudo evitar babear.

Han Xiao tragó saliva al ver la carne. ¡No había comido nada bueno durante los últimos siete días! Su cercanía con Hu Jun Xuan estaba creciendo rápidamente. ¡+1! ¡+1! ¡+1!

Después de la cena, Hu Xuan Jun le pidió a Han Xiao que se quedara a pasar la noche.

Han Xiao decidió quedarse ya que de todos modos no tenía intención de viajar por la noche. Le pusieron un colchón y le instalaron una mampara.

—Tu mochila es demasiado grande. La pondré afuera —dijo An.

—Lo haré yo mismo.

Antes de sacar su mochila, Han Xiao desmanteló todas las armas que contenía para sacar sus gatillos. Los envolvió en un pedazo de piel de animal que recibió de Hu Jun Xuan y colocó el paquete en una esquina.

Han Xiao también cargó su pistola 73-WASP y la colocó debajo de su almohada. Por supuesto, no estaba preocupado por sus cálidos anfitriones ni nada de eso. Simplemente era importante estar siempre preparado y alerta.

Tan pronto como la cabeza de Han Xiao tocó la almohada, instantáneamente se quedó dormido.

Sus ronquidos se oían a través de la cortina. Hu Xuan Jun se rió mientras negaba con la cabeza.

—Parece que está exhausto. No lo molestemos.

An asintió y procedió a sacar los cubiertos para lavarlos.

—¡Tío, tío! ¡Estoy hambriento!

De repente, un jovencito despeinado entró en la tienda. Toda su cara estaba cubierta de barro, y tenía un bulto hinchado en la cabeza. No era otro que el joven con el que Han Xiao se había encontrado esta tarde.

Él era el sobrino de Hu Xuan Jun, Hu Fei.

—¿Dónde has estado todo el día? No te vi en absoluto —cuestionó Hu Xuan Jun.

—Yo... salí de caza —tartamudeó Hu Fei.

Hu Xuan Jun podía notar que su sobrino estaba mintiendo. Tiró de la oreja a Hu Fei y comenzó a regañarlo con una voz estricta pero suave: —¿Estás haciendo bromas de nuevo? Te dije que te cortaría las piernas si tomabas esa escopeta rota para asustar a la gente otra vez, ¿no lo hice?

Las lágrimas comenzaron a fluir de los ojos de Hu Fei mientras se llenaba de indignación y dolor. «Tu sobrino no solo fue golpeado hoy, ¡incluso estuve atado a un árbol durante todo el día! Estoy tan cansado y hambriento, tío, dame un respiro», pensó.

—Por favor, tío, no me las cortes —sollozó.

—¿Cual pierna quieres que te corte?

—So-solo no me cortes las pelotas

"…"

—¡Tú y tu mente sucia! No te preocupes, te las cortaré si eso es lo que quieres.

Hu Xuan Jun estaba a punto de levantar una mano para abofetear a Hu Fei cuando recordó que Han Xiao estaba durmiendo. Dejó ir a Hu Fei con una advertencia.

Al darse cuenta de que había alguien más en la tienda, Hu Fei miró a través de la mampara para ver quién era. Cuando vio a Han Xiao, se quedó boquiabierto.

—¿No es ese el diablo de esta tarde?

—¿Qué estás mirando? Esta noche, duermes afuera —susurró repentinamente Hu Xuan Jun a su lado.

Hu Fei dio un salto y cayó hacia atrás. Rápidamente salió de la tienda a cuatro patas, dejando a Hu Xuan Jun desconcertado.

—¿Es mi cara tan horrible?

—¿Por qué estoy huyendo de mi propia casa? ¡Esta es la oportunidad perfecta para conseguir mi venganza! —pensó Hu Fei cuando se detuvo.

Procedió a dar la vuelta para regresar a la carpa, pero al instante cambió de opinión al pensar en el rostro aterrador de Han Xiao.

—Hu Fei, ah, Hu Fei, ¡muestra algunas agallas!

Cuando comenzó a formular un plan, recordó que había un paquete en la tienda que nunca antes había visto.

—¡Debe ser suyo!

Hu Fei esperó hasta la medianoche, cuando todos se habían acostado. Entró de puntillas en su propia casa y recogió el paquete.

—Je je ¿Qué tenemos aquí?

Cuando Hu Fei desplegó el paquete, sus ojos se abrieron con incredulidad.

¡Armas de fuego!

¡Armas de la alta calidad!

—No puedo tomarlas todas...

Hu Fei eligió dos pistolas 73 WASP.

—Olvídalo. Ya que mi tío es tu anfitrión, ¡solo tomaré dos como compensación!

Envolvió las armas restantes y devolvió el paquete a su posición original.

—Solo son dos pistolas. Probablemente no se dará cuenta.