Ellas vivieron juntas en armonía durante muchos años así; durante muchos años…
Los suficientes como para que Nian Xiaomu sintiera que eso era parte de su vida.
Ella nunca esperó que un día se le olvidaría; se olvidaría de todo…
Incluso cuando Tan Bengbeng estaba frente a ella, no pudo reconocerla.
—Bengbeng.
Nian Xiaomu murmuró con las lágrimas cayendo por sus mejillas.
Los recuerdos surgieron en su mente y abrumaron su lógica.
Ella sacó el teléfono y las fotos de la caja. Luego, Nian Xiaomu se dio cuenta que había un dije en el fondo de la caja.
¡Era el dije que ella le había dado a Tan Bengbeng!
Ella lo recordó claramente.
Cuando ella fue dada de alta en el hospital y se había olvidado de todo; sólo podía recordar que Tan Bengbeng la había salvado y ella estaba de verdad agradecida.
Por lo tanto, se había escapado para comprarle un regalo a Tan Bengbeng.