De pronto sintió que en realidad estaba bastante normal.
La persona que debería ver a un doctor era Yu Yuehan.
El vestido de novia le quedaba excepcionalmente bien ajustado y no requería ningún arreglo.
Nian Xiaomu tenía una gran figura, y el extraño aire de elegancia que ella poseía ayudaba a que pudiera adoptar cualquier estilo de vestido de novia.
No hace falta decir que esto incluía el estilo de una reina, al cual se adaptaba originalmente.
El día antes de la boda, Yu Yuehan y Nian Xiaomu no pudieron dormirse.
Resultaba extraño que Yu Yuehan no se aprovechara de ella cuando la abrazó y simplemente besó el borde de su oreja suavemente cuando la llamó por su nombre.
—Nian Xiaomu.
—¿Umm?
—Nian Xiaomu…
—¿Cuál es tu problema? —Nian Xiaomu se volteó entre sus brazos y apoyó la cabeza sobre su pecho. Con la tenue luz de la luna brillando en la habitación, ella pudo admirar su rostro impecablemente guapo.