—¡¡…!!
Cuando Tao Yunyun se paró justo al lado de Mo Qian, aplaudió silenciosamente desde el fondo de su corazón al ver a los guardaespaldas, quienes vestían uniformes negros, entrar corriendo a la habitación.
Ella estaba esperando ver cómo echaban a Nian Xiaomu hacia afuera.
Sería mejor si también echaban a Zheng Yan junto con ella. Si ese era el caso, ellas podrían verla continuar mezclándose con la alta sociedad de la Ciudad N.
Ella estaba reflexionando sobre estos pensamientos con alegría. No se le había pasado por la mente que tendría que hacerse cargo de éste desastre de repente…
De pronto, a ella se le olvidó cómo reaccionar.
Sólo volvió a sus sentidos cuando dos guardaespaldas se acercaron y la agarraron de los brazos.
—Tío Mo, ¿tienes a la persona equivocada? Nian Xiaomu y Zheng Yan fueron quienes crearon la escena, ¡yo soy la víctima aquí!
La voz de Tao Yunyun era extremadamente recia y penetrante a los oídos.