Su reacción siempre fue muy tranquila. Miraba las cartas de amor y las ponía en los libros que él le prestaba a ella.
Ella siempre se enfadaba y le gritaba que no podía enamorarse de otras, o si no dejaría de salir con él... entonces, él siempre sonreía y aceptaba suavemente.
Entonces ella tomaba las cartas de amor y con satisfacción tiraba todo a la basura.
Una vez había escuchado a alguien preguntarle por qué guardaba las cartas para que ella las viera, si a él no le gustaban.
Ella recordó que él había sonreído.
Miró al amigo que le había hecho esa pregunta y le dijo: —Así puedo pedirle lo mismo a ella.
Entonces, se dio cuenta de que el hermano Xiaosi era un tipo calculador.
Sin embargo, aunque era calculador, ¡a ella le gustaba mucho!
Le gustaba tanto que, aunque supiera que él guardaba las cartas para molestarla, de todas maneras, igual se acercaba a él enfadada con las cartas cuando las veía.