¡La primera cosa que se apareció ante sus ojos fue un esqueleto!
Un esqueleto completo…
El cuerpo de Nian Xiaomu se congeló como si hubiese descubierto una escena del crimen, ella se volteó y se preparó para correr.
Justo cuando había dado su primer paso para salir, recordó la ocupación de Tan Bengbeng y se detuvo en sus pasos.
Mientras se movía para llamar a la policía, se congeló y le lanzó otra mirada al esqueleto que estaba dentro del gabinete.
Todo el esqueleto estaba muy limpio.
Ni un sólo rastro de sangre se podía ver, y también se podía detectar el olor a desinfectante, parecía como uno de esos modelos que eran utilizados en los hospitales para propósitos de aprendizaje.
Además, se veía muy nuevo.
Nian Xiaomu dudó por unos segundos. Luego reunió su coraje y se acercó de nuevo a dicho esqueleto. Ella extendió su mano.
Se sentía frío al tacto…