Bajando la cabeza para darle un beso suave en su frente, Yu Yuehan dijo:—Nian Xiaomu, tenemos una vida por delante. Puedes tomarte tu tiempo para compensarnos a tu hija y a mí.
En el siguiente segundo, él cambió el tema y dijo:—Así que ahora, permite que el mayordomo la lleve de vuelta a su habitación para dormir...
Nian Xiaomu:—¡¡...!!
Xiao Liuliu:—¡¡...!!
Cuando Xiao Liuliu escuchó sus palabras, ella se deslizó de sus brazos y se lanzó hacia la cama grande que estaba en el medio de la habitación.
Poniéndose de puntillas, ella saltó a la cama y se metió entre las sábanas.
Cuando llegó al centro de la misma, Xiao Liuliu deslizó su cuerpito suave y regordete antes de sobar el área donde estaba acostada.
—Mami Bonita, está oscuro ¡Ven a la cama rápido!
—...
Nian Xiaomu le lanzó una mirada cautelosa a Yu Yuehan.