Cuando esas palabras se pronunciaron, la sonrisa en la cara de Yu Yuehan se congeló.
Sin percatarse del cambio en su expresión facial, Nian Xiaomu continuó diciendo: —No solamente tiene un temperamento irascible, sino que también tiene una mala personalidad. ¡Siempre es tan frío con las personas que lo rodean, como un pedazo de témpano de hielo!
—...
—Cuando lo conocí por primera vez, ¡mi mayor deseo era perecer junto con él abrazando una bombona de gas inflamable!
—...
Lombardi escuchó en silencio. Al principio seguía riéndose. No obstante, para cuando le tocó escuchar la última parte, observó a Yu Yuehan con una mirada de compasión.
—El Amo Han no parece ser ese tipo de persona...
Sin esperar que Lombardi terminara lo que quería decir, Nian Xiaomu lo interrumpió impacientemente.