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Chapter 23 - Capítulo 23 – El Humor De Una Mujer Cambia Como El Clima En Junio.

—…

La cabeza de ella definitivamente no estaba bien atornillada en ese momento.

Nian Xiaomu de verdad quería decir que lo lamentaba ahora.

El hombre de pie ante ella parecía calmado, pero sus emociones en realidad eran tempestuosas en su interior.

El tono apático no sonaba afectado, pero estaba lleno de intimidación...

La mano que estaba apoyada a su lado estaba ubicada justo al lado de su cuello, debido a la diferencia de altura.

¡Era como si él fuera a estrangularla si la cerraba de golpe!

—Yo… yo... —Nian Xiaomu no había esperado en lo más mínimo que él viniera.

La indignación de haber sido despedida se había transformado en conmoción en el instante que vio a Yu Yuehan.

Cuando recobró sus sentidos, se dio cuenta de que ella debería exigir una disculpa por parte de él. Sin embargo, estaba golpeada por el terror debido al gesto asesino en los ojos del hombre. Y refrenó su lengua, incapaz de pronunciar palabra.

—¿Ahora puedes volver conmigo? —Yu Yuehan alejó su brazo y dio un paso atrás.

Apenas a pulgadas de distancia, él estudió su rostro sorprendido, pero la expresión de él era fría e insensible.

¡Esta expresión calmada no era precisamente una que pidiese disculpas!

—Yo sólo dije que quería que usted viniera personalmente a pedirme que volviera, ¡pero nunca dije que volvería definitivamente con usted! —Nian Xiaomu se compuso y lo rechazó de inmediato.

¡Él ni siquiera le había pedido perdón!

¿Cómo podía ser elección de él, el decir que ella estaba despedida o que debía volver?

¿No merecía ella poder decidir un poco al respecto?

—¿Mmm? —los ojos oscuros de Yu Yuehan se estrecharon, y un frío destello de luz pasó a través de su rostro.

La atmósfera en los alrededores parecía haberse vuelto deprimente cuando él dijo: "mmm".

Nian Xiaomu estaba aplastada contra la pared de la estrecha escalera, y sintió un escalofrío recorriéndole la espalda.

Quería correr, pero él estaba parado justo frente a ella; No sabía si era intencional, pero él estaba de pie entre ella y la puerta de su casa.

Incluso aunque quisiera correr, no tendría oportunidad de huir...

Nian Xiaomu se abrazó a sí misma y tercamente frunció sus labios, rechazando la derrota.

—Joven amo, hay una llamada de la mansión. ¡Dijeron que la fiebre de la Pequeña Señorita se volvió más seria y piden que usted vuelva inmediatamente! —El mayordomo apareció de pronto y reportó el mensaje ansiosamente.

Al oír esto, el color en la cara de Yu Yuehan cambió. Estrechó los ojos y se dio la vuelta para marcharse.

—Esperen un minuto, ¿qué acaban de decir recién? ¿Xiao Liuliu tiene fiebre? —dejó salir Nian Xiaomu al recuperarse de su estupefacción, e instintivamente agarró el brazo de él.

Una mirada de pánico estaba dibujada en su rostro sin disimulo.

Antes de que Yu Yuehan pudiera contestarle, ella caminó hasta quedar en frente de él. —¿Usted vino a buscarme porque Xiao Liuliu tiene fiebre?

—…

Yu Yuehan alzó una ceja cuando oyó esto. ¿El mayordomo no le había dicho nada?

Captó la preocupación en su rostro y bajó sus ojos oscuros. Abrió sus labios y habló: —Xiao Liuliu está teniendo una pataleta ahora mismo. Se rehúsa a tomar la medicina si no te ve a ti.

—…

Nian Xiaomu estaba conmocionada.

Un torrente de emociones indescriptibles llenó su corazón, y sintió una extraña sensación de picor en los ojos.

La imagen de aquella bola abrazable saltando en sus brazos para arrullarla y besarla pasó como un destello frente a ella… También como había llorado y suplicado que no la dejase cuando Yu Yuehan la había despedido.

Ahora por culpa de ella, Xiao Liuliu ni siquiera quería tomar la medicina cuando se encontraba enferma. —Imbéciles, ¿por qué no lo dijeron antes?

Nian Xiaomu le soltó el brazo, se dio la vuelta para cerrar la puerta con llave, y luego caminó frente a ellos.

—Joven amo, ¿ella accedió a volver con nosotros con tan sólo eso? —preguntó el mayordomo al ver que la figura de ella desaparecía al final de la escalera.

La persona que acababa de ser tan inflexible había cambiado de opinión de pronto.

¡Era más impredecible que el clima en junio!

—…

Los ojos de Yu Yuehan se movieron cuando oyó las palabras del mayordomo.

Ella lo había hecho por Xiao Liuliu...

La mirada en los ojos de uno no puede mentir.

La preocupación de ella por Xiao Liuliu era genuina.

—Volvamos —replicó Yu Yuehan con dos palabras mientras miraba su brazo, que había sido sujetado por ella hace unos instantes; Intentó controlar sus mezcladas emociones y enérgicamente bajó las escaleras.