Al ver esta escena, Qin Mo sintió que se le tensaba la garganta y un dolor agudo le atravesaba el corazón. Recordó un recuerdo de antes cuando extendió la mano hacia el vacío.
Un dolor desgarrador llenó su cerebro mientras una voz lo llamaba.
La persona más importante de su vida ya no estaba.
En lo profundo de su memoria, una diminuta figura se inclinó sobre él, sus pequeñas manos midiendo la temperatura en su frente. Ella preguntó pacientemente: "Momo, ¿quieres un poco de agua? No sé cocinar, pero te puedo servir un poco de agua, dime, ¿cuánto necesitas para que reconozcas que eres mía? Soy muy rica, puedo darte todo". ."
"Tonta, cállate". Podía ignorar al mundo entero pero no a la pequeña figura que siempre estaba tocando su teclado frente a él. Un rubor subió por sus oídos, tenía miedo de contagiarla pero aun así, no pudo resistir el cómodo abrazo que ella le estaba dando.