La Reina del Cine An logró ocupar la atención de He Honghua, lo que la alejó de lo que estaba pasando en el asiento trasero.
Bo Jiu asumió que él apartaría su mano después de un tiempo.
Sin embargo, se aferró a ella todo el tiempo.
Bo Jiu sintió un pequeño paño blanco que cubría su dedo frío.
Al recordar cómo el Todopoderoso la había ayudado con el piano, buscó sus dedos instintivamente.
Qin Mo estaba seguro de que las dos del frente estarían demasiado ocupadas como para preocuparse por ellos. Inclinó su hermosa cara, y bajó la voz: —No olvides lo que me prometiste.
Bo Jiu levantó una ceja. ¿Qué le había prometido?
—Mis dedos no pueden tocar el agua aún —dijo Qin Mo levantando su mano izquierda con indiferencia, obviamente tratando de recordárselo.
Bo Jiu quiso decir algo, pero He Honghua se dio vuelta: —¿Tienes algo que quieras comer? Le diré a Xiaodong que prepare los ingredientes.
