La noche comenzó a profundizarse.
La casa de la familia Qin estaba situada en el patio militar.
No había pasado mucho tiempo desde que la Reina del Cine An había llegado a Ciudad Jiang. Se acostó en el sofá y tomó un sorbo de té. Había reservado su vuelo de regreso abruptamente, pero su fatiga solo parecía haber aumentado su encanto.
—Lo que significa que Jiu se ha estado quedando en nuestra casa durante los últimos días... —dijo la Reina del Cine An dejando su taza de té mientras miraba a la Señora Zhang.
No estaba bien que la Señora Zhang dijera algunas cosas.
El corazón de la Reina del Cine An se calmó con su expresión y dijo: —Nunca esperé que su relación fuera así.
La Señora Zhang no sabía cómo hacerlo ya que no era fácil contarle sobre su relación homosexual.
—Señora... —dijo.
La señora Zhang estaba a punto de empezar cuando la Reina del Cine An respiró hondo, interrumpiéndola: —Déjame pensarlo.
