Bo Jiu se ajustó al mover su pierna izquierda a un lado, intentando no presionar todo el peso de su cuerpo sobre él conforme aliviaba su posición.
Qin Mo vio al joven en su regazo y una emoción abrumadora se derramó de su pecho.
El deseo de tratar a alguien mejor y mejor.
Debía estar volviéndose loco que de hecho hubiera un cierto alguien.
Él anhelaba tomarle el pelo cada día, pero no podía soportar ir muy lejos.
Qin Mo inclinó la cabeza antes de posarla sobre los hombros de Bo Jiu, claramente alegre.
Sus dedos se movían ligeramente, frotando el abdomen de Bo Jiu centímetro por centímetro, hasta que se dio cuenta que se volvió adicto a la sensación.
No deseaba dejar de hacerlo, esta era la única persona que no quería dejar ir.
Mientras tanto, el grupo en la espalda estaba eufórico.
En realidad, todos ellos finalmente se pusieron nerviosos porque estaban de camino a su encuentro como un equipo.