También estaba vinculado al incidente.
Wu Zhen, sin embargo, hizo otra pregunta sobre el chat, pero ella ya no podía concentrarse. Luego de irse de la casa de la familia Li, llamó a Han Susu.
En el momento en el que contestó Han Susu, ella empezó a quejarse.
—¿Por qué ellos siguen protegiendo a ese gay? Incluso la vista de él es repulsiva.
—No me gusta tampoco.
Wu Zhen bajó la voz.
—Pero no te preocupes, creo que la suerte de él se está terminando.
La mirada de Han Susu se iluminó.
—Hermana Wu, ¿tienes algunas buenas soluciones?
—No voy a poder decir mucho, ya que tiene que ver con mi trabajo. De todos modos, ¿hay algún problema contigo? —preguntó Wu Zhen mientras abría la puerta del auto.
Han Susu se rio ligeramente.
