Esa era probablemente la primera apariencia de perfil alto de los japoneses y, sorprendentemente, todos se veían genial. Lin Feng se paró y fue al costado de Qin Mo y Bo Jiu.
—Me pregunto cómo será el arreglo de la competencia.
Qin Mo no contestó.
Yun Hu lo miró.
—Independientemente del arreglo, nosotros tenemos que concentramos en nosotros mismos.
—Obvio.
Lin Feng sonrió y miró al joven.
—El pequeño Spade va a tener que despejar el aire con el capitán o nuestro principal miembro no va a estar de buen humor para la partida.
Yun Hu estaba al tanto de que no iba a ser fácil, ellos tendrían que esperar una buena oportunidad.
Pero con la inminente llegada de la liga nacional, no había tiempo para emociones personales.
La llegada de los japoneses quizás traería consigo una liga nacional totalmente diferente.
El cielo empezó a oscurecer.