Qin Mo permaneció en silencio.
Cuando el director Huang estuvo a punto de hablar de nuevo, Qin Mo por fin habló: — Sspecho que alguien intenta forzar a Li Mengran a que se suicide.
—¿Qué? ¡¿Suicidio?!
El director Huang se sentó derecho.
—¿Qué quieres decir? ¿No es un caso puramente de acoso? ¿Qué hay sobre esta charla sobre suicidio de repente?
Qin Mo inclinó el perfil de costado encantador.
—¿Viste los contenidos del chat?
—Obvio que sí.
El director Huang frunció el ceño.
—De todos modos, no fue fácil entrar al chat, se requería de una invitación. Si no fuera por la ayuda de Fatty, hubiera necesitado mucho más tiempo para entrar.
Qin Mo bajó la mirada.
—Te pregunto por el contenido.
—El contenido era bastante ordinario…
El director Huang hizo una pausa.
—El tema es ordinario, pero me hacía sentir intranquilo.