Fu Jiu volteó lentamente, su cara aún levemente cabizbaja.
Sus acciones ejemplificaban su rol como una chica joven y pura.
Solo al ver el uniforme escolar puso una sonrisa en el rostro de Liu Ming. Además, ya había enviado a una de ellas, así que otra traería más dinero.
El delegado Liu no era el único adentro.
Había otro que también favorecía a la "pureza".
—Las lecciones extra son aquí.
Yang Ming mostró su entusiasmo como nunca antes.
Fu Jiu no lo siguió inmediatamente, en vez de eso, miró de reojo nerviosamente.
—Pero este no parece un lugar para lecciones extra, y mi profesor no está aquí.
—Soy amigo de tu profesor.
Yang Ming estaba consciente de que no era el único proveedor en Ciudad Jiang; otros profesores estaban en esto también, pero ellos no eran como él, ellos solo probaban su suerte con cualquier estudiante tonta con la que se cruzaran.