El programa de autodestrucción se había activado con éxito.
Al mismo tiempo, en la oficina de profesores en la Escuela Secundaria Número 1, el profesor Yang hablaba con otros con la computadora prendida. Él tampoco estaba seguro de qué le pasaba a su laptop.
Al principio, la computadora de él no respondía ante nada de lo que él escribía.
Ya había una conversación en la pantalla y había cosas que él no entendía al desplazar a través de esta.
Él ni siquiera podía reiniciarla.
Se sentía como… como si alguien más controlara su computadora.
Luego, la pantalla enfrente de él se volvió azul.
Era inútil, sin importar cuánto él golpeara la computadora. Él no pudo evitar maldecir en voz alta.
—¡Qué máquina de porquería!
Toda la información de la computadora de él se copió al instante en el pendrive que estaba insertado en la laptop de Fu Jiu.