No había forma de que la fiesta de cumpleaños de la familia Jiang fuera algo ordinario.
De hecho, Xue Yaoyao no quería estar presente en tal ocasión porque ella sabía bien que Jiang Zuo no deseaba aceptarla como la hermana menor, mucho menos a la madre de ella.
Tan pronto como pensó en el rostro insensible de ese hombre, Xue Yaoyao se sintió intranquila.
Ella deseaba que su madre no se hubiera casado con el tío Jiang, pero ella sabía que no debía de ser egoísta.
Ella sabía muy bien que el tío Jiang era un buen hombre y que él siempre fue considerado con su madre.
La gente decía que era todo gracias a las buenas acciones que la madre de ella había hecho en su anterior vida que le permitía tener un esposo rico.
Quizá era porque él era viejo y no pensaba mucho en eso.
El padre de Jiang Zuo era un hombre militar y le gustaba cuán amable y cariñosa era la mamá Xue.