La que entró fue An, la reina del cine y también el agente Lin, a quien el Teniente General Qin le había asignado a ella.
El elegante y lindo rostro de An, la reina del cine, primero se detuvo luego de ver al joven, después, una sonrisa sacó dos lindos hoyuelos.
—¿Fu Jiu? ¿Por qué no le dijiste a la tía que venias?
Fu Jiu se paró de forma educada y sonrió ligeramente.
—El hermano Mo bebió demasiado, así que lo traje a casa.
—¿Tomó demasiado?
Luego de escuchar esa razón, An, la reina del cine, giró y miró al agente Li, perpleja. ¿Acaso antes su hijo alguna vez se había emborrachado?