Fu Jiu se sentó derecha antes de salir del auto.
Qin Mo ya había descubierto que el joven era alguien que le tenía mucho miedo al código. Así que, cuando Fu Jiu bajó del auto, él, naturalmente, extendió la mano y subió el cierre del abrigo del joven.
Con la máscara puesta, Fu Jiu miró hacia abajo los dedos que le arreglaban el cuello y una leve sonrisa podía verse en los rabillos de los ojos de ella.
De todos modos, desde la perspectiva de Chen Xiaodong, el joven jefe nunca había sido así de obediente.
La forma en la que el Todopoderoso bajó la mirada, con los mechones de pelo negro que le colgaban sobre el rostro... Esos aspectos apuestos confundían con facilidad a las personas.
Era como si… como si el joven jefe le perteneciera a él.
Chen Xiaodong negó con la cabeza e intentó detener su mente de preguntarse.