—¿Quieres correr?
Mientras que Qin Mo se inclinó con las cejas arqueadas, no había forma de que Fu Jiu corriera.
El olor a alcohol que provenía de él, mientras que se movía, se mezclaba con el grueso olor a sándalo.
Fu Jiu sabía que ella estaba acabada esa vez. Ella debió de haberse vuelto loca al coquetear con el Todopoderoso luego de que tomó.
El Todopoderoso no estaba ni cerca de ser racional como él era normalmente.
Él líbero una mano para presionar hacia abajo el hombro del joven hombre, pues quería educarlo. Sin embargo, luego de ver el rostro del joven debajo de él, todo su cerebro quedó vacío.
Lo único que quedaba era la sensación de calor enterrado profundamente en su memoria.
Con semejante textura suave al tacto…¿Cómo se sentiría apoyarle los labios?
O quizáél solo quería verlo correr mientras se asustaba de su ingenio.