Sin embargo, como la persona a la que le coqueteaba, Qin Mo solo levantó sus cejas indiferentemente. Le tiró el abrigo con casualidad al joven.
—Buena dirección. Hace frío afuera. Póntelo. Nos iremos pronto.
Luego de ser alabado de nuevo, Fu Jiu se sintió muy feliz. Con una piruleta en su boca, se puso el abrigo, sin importarle cuál fuera la expresión que tenía Shuji atrás de ella.
—Equipo Xiang Nan, ¡deténganse!
Los otros dos jugadores del Escuadrón Río de Cerezo no los dejaron irse. Si el incidente de hoy se llegara a saber, la fama del equipo quedaría destruida. ¡Tenían que recuperar su reputación!
Volteó su cabeza y sonrió, ridiculizándolos levemente.
—¿Quién les dijo que éramos del Equipo Xiang Nan? Parece que la información que obtuvo el Escuadrón Río de Cerezo no fue muy precisa.
Al escuchar esto, de repente, Shuji volvió a la tierra desde su fracaso. Entrecerró sus ojos de inmediato, sus pupilas dilatadas por el shock.
