—¿Cambiar las sábanas?
Fu Jiu intentó recordarle a ese dios que ya era de noche.
—¿Por qué cambiar las sábanas de noche…?
Una media sonrisa fría todavía estaba formada en los labios de Qin Mo y él solo dijo de manera seca cuatro palabras: —Me contamina los ojos.
—Bien.
Fu Jiu recordó que ese dios era un maniático de la limpieza y llamó a Chen Xiaodong.
Chen Xiaodong intentó mucho hacerle señales al joven jefe con los ojos. Él pensó que había visto al joven jefe Qin besándolo a "él".
Él quería saber si era verdad.
—Busca sábanas limpias y cambia estas.
Fu Jiu no notó para nada la expresión del pequeño mayordomo. La boca de Chen Xiaodong estaba retorciéndose mucho.
Fu Jiu arqueó las cejas.
—¿Qué pasa?