¡En ese momento la temperatura de la habitación bajó varios grados!
Los meseros estaban parados hacia el lado con los dedos tiesos. La sorpresa en sus ojos era indescriptible.
¡Alguien se atrevía a… Oponerse contra el CEO!
¿Y…? ¿Qué fue lo que dijo?
¡¿Pagar con su cuerpo?!
¡Por favor, que no fuera lo que estaban pensando!
¡Pero mirando la actitud del Joven Señor Fu, en verdad le había dicho eso al CEO!
Era demasiado difícil que sus mentes no se inclinaran por esa dirección.
Especialmente por esos labios rosados y delgados como el papel, los cuales estaban a una pulgada de la oreja del CEO.
Un poco más cerca y se besarían
El temperamento del CEO se calmó muchísimo.
Pero el Joven Señor no le puso atención a esto, y el lunar en forma de lágrima bajo sus ojos atrajo una lujuria fascinante.
—¿Que? ¡Si no quieres que te pague con mi cuerpo, entonces déjame besarte!