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Chapter 19 - Capítulo 19: Fu Jiu, ¡que vengan a rogarme!

El director de orientación escuchó sus palabras e instantáneamente se enfureció.

—¡Está bien, está bien, está bien! Fu Jiu, ¡tú ganas! ¡Nuestra escuela no puede educar a alumnos como tú! Escucha, incluso si tu madre me ruega, ¡no haré nada! ¡Basura como tú simplemente puede irse a cualquier lugar que quiera!

¡PA!

Él colgó.

He Honghua reaccionó con su mano, aún estaba agarrando el brazo de Fu Jiu.

A pesar de que Fu Jiu era una niña, ella medía 1,72 metros. Era más alta que la baja y regordeta He Honghua por una cabeza entera.

—¡Niña! ¿Por qué actúas tan ingenuamente? ­—dijo He Honghua, que estaba tan nerviosa que se olvidó de enojarse. Todo lo que ella quería era agachar la cabeza y hacer esa llamada telefónica de nuevo.

Fu Jiu sujetó su cintura y dijo suavemente: —Mamá, no me importa esa escuela. No hace falta que seas así.

La mano de He Honghua se detuvo en medio de la llamada. Su hija no la había llamado "mamá" por mucho tiempo.

No estaba segura cuándo había comenzado, pero ellas inmediatamente peleaban cada vez que se veían.

Ella sabía que su hija no quería verla, y que tampoco quería que apareciera por su escuela.

Llamando a su "mamá" de esa manera y abrazándola, esas eran cosas del pasado, de muchos, muchos años atrás.

He Honghua casi no podía creer en sus propios oídos.

Fu Jiu le sonrió, luego giró su cabeza y dijo al resto de la gente: —Mi mamá no ha comido nada aún. Pídanle a la criada que prepare unos cuantos platos y un poco de batata.

—¡Sí, joven amo! ­

Chen Xiaodong tomó la orden y echó a correr hacia la cocina.

De hecho, ¡él también estaba sorprendido!

«¿Cuándo se preocupó tanto el joven amo por la señora?».

En situaciones similares antes, el joven amo solo le hubiera gritado a la señora.

Luego de eso, ambas se enfadarían mucho.

Lanzar teléfonos celulares alrededor y todo eso era simplemente normal.

Pero luego de que el joven amo regresó del hospital, sintió que se había convertido en…¡se había convertido en una buena persona!

He Honghua estaba aún confundida cuando se sentó. Le parecía surrealista hasta que Fu Jiu recogió un poco de comida y la puso en su tazón.

He Honghua giró su cabeza y miró el desordenado cabello plateado de Fu Jiu. La mano que sostenía sus palillos estaba temblando.

He Honghua deliberadamente controló su ritmo al comer ya que sabía que a su hija no le gustaba como comía…

Fu Jiu volteó su cabeza. Ese rostro era demasiado hermoso, y su mirada estaba puesta en el arroz que He Honghua recogía grano por grano. Ella sabía.

Sin decir una palabra, ella recogió directamente su tazón, mezcló en él una comida con los palillos, y colocó dos bocados de arroz en su boca al mismo tiempo, haciendo que sus mejillas se abulten. Sonrió a He Honghua, luciendo sorprendentemente linda. ­—Incluso la comida sabe mejor al comer con mamá.

Cuando He Honghua miró a Fu Jiu, ella no pudo evitar cubrirse la boca. Sus ojos estaban muy rojos.

Fu Jiu bajó sus palillos y se sentó al lado de su madre. La acercó tomándola de su hombro y limpió sus lágrimas.

—Mamá lo siento por todo lo del pasado. No volveré a actuar así.

Solo esas pocas palabras hicieron que He Honghua no pudiera calmarse por un largo rato.

Fu Jiu miró a esta mujer de mediana edad a quien siempre había menospreciado. Pero su madre nunca se dio por vencida con ella por eso. Ella se llamó a si misma maldita nuevamente por dentro.

El dúo madre e hija se embarcó en una nueva página de su historia. He Honghua estaba muy feliz. Le preguntó a Fu Jiu qué quería con la cara roja, pensando que le compraría lo que quisiera.

Fu Jiu sabía que si bien He Honghua estaba en los negocios, ella no era tan rica como Fu Zhongyi.

Fu Zhongyi se divirtió teniendo una aventura fuera de la familia, haciendo que fuera difícil para He Honghua trabajar en el mundo de los negocios. La gente se reía de lo tosca que era y de como no podía domesticar a su propio hombre. Además, con sus antecedentes, las cosas eran más difíciles para ella que para los demás.

—Mamá, no necesito nada. Eres tú eres la que deberías estar descansando más dado que las negociaciones comerciales no están yendo muy bien ­—Fu Jiu masajeó los brazos de He Honghua.

He Honghua sintió calor en su corazón después de escuchar las palabras de su hija. No quería decir cosas que pudieran poner en peligro la atmósfera armoniosa, pero estaría demasiado preocupada si no lo decía.

—Ju, yo sé que no te gusta estudiar, pero un hombre necesita conocimientos. Mamá va a intentar pensar en una forma que te permita regresar a la escuela. Tú…

Fu Jiu interrumpió a He Honghua mientras decía cada palabra claramente: ­—Sobre este asunto mamá, no necesitas buscar la ayuda de nadie, ¡haré que vengan a rogarme que regrese!