—Ahórrate las formalidades, seremos colegas a partir de ahora —dijo Zhao Sanbao, quien estaba tratando de preparar el camino para que fuera más fácil para los dos recién llegados trabajar bajo su mando en el futuro. También era para que supieran quién era el jefe.
Pero, aparte de las comidas, la aparición de Qin Mo aún consiguió llamar la atención de Zhao Sanbao.
—Ustedes dos todavía se ven bastante familiares, ¿han estado en nuestro club antes? —preguntó Zhao Sanbao.
Qin Mo sacudió la cabeza, pero no habló.
Su personalidad hizo sonreír a Zhao Sanbao porque era el tipo de joven que buscaba para ayudar en su trabajo.
Su lento cerebro no importaba mientras pudiera trabajar.
