Bo Jiu miró mientras la miraba fijamente, echándole la culpa al dolor. Por ello, ella disminuyó la fuerza de su masaje en la cabeza.
Algunos sabían de la oscuridad desde que nacieron.
Pero incluso entonces, ante cierta persona, guardaban todos esos pensamientos.
Para Bo Jiu, Qin Mo era esa persona especial.
La importancia de su infancia no podía explicarse con claridad.
La Señora Zhang escuchó la conmoción, subió corriendo por las escaleras. —Joven maestro Jiu, ¿qué pasa?
—El hermano Mo tiene un dolor de cabeza. ¿Podría hacer una llamada? La familia Qin debería tener un médico privado. —Bo Jiu ni siquiera le dio a Qin Mo la oportunidad de hablar.
La Señora Zhang tampoco lo hizo, ya que siguió las instrucciones del Joven Maestro Jiu y se dirigió a hacer la llamada.
Qin Mo se divirtió. ¿Ese tipo lo trataba como a una muñeca frágil?