34D.
¡¿Bolas de silicona líquida?
Pechos...
Todas esas palabras juntas hicieron obvio a qué se refería.
Los dedos de Fu Jiu se detuvieron.
Entonces, ella saltó de la silla de madera y sostuvo el chupetín en la boca, se veía como un total rico maleducado.
—Hermano Lin, déjame preguntarte, ¿nadie piensa que eres un pervertido cuando compras todas esas cosas?
—¡Nop!
Lin Feng lo negó mientras se sonrojaba con agitación.
Yun Hu dijo con una simple voz: —Él está diciendo la verdad. Sin embargo, cuando los padres lo descubrieron, lo único que pensaron era que él tenía un raro fetiche con el travestismo.
Fu Jiu pensó: Eso es todavía peor.
Al darse cuenta de eso, Fu Jiu tomó una decisión sabia.
—Me rehúso a aceptar esas utilerías.
—¿Te rehúsas?
Lin Feng curvó hacia arriba los labios cuando escuchó eso.