¡Ellos estaban echando a He Honghua!
Todos los miembros del consejo podían notar qué pasaba, mientras ellos, apresuradamente, miraron hacia ahí.
He Honghua abrió grande los ojos.
—¿¡Cómo te atreves!?
—Hermana Honghua, te muestro respeto al llamarte hermana, pero si tú no aprecias este respecto, solo puedo pedirle a seguridad que te escolte afuera.
Su Mei se presentó a ella misma como la dolida.
—¿Cómo podemos continuar con la reunión del Consejo cuando gritas tan alto aquí? Este es una empresa, no el campo. No podemos continuar la reunión si sigues aquí.
El pecho le dolía a He Honghua.
—¡Yo tengo acciones en Fu Corporation! ¿Qué derecho tienes de no dejarme sentar aquí?
—Sí, todos sabemos que tienes acciones.
Su Mei actuaba como si ella fue una persona razonable.