La profesora entró con las hojas de los exámenes. No se veía feliz y en la expresión en el rostro también se estaba desarrollando una inexplicable seriedad.
—Supervisor de la clase, venga y entregue las hojas —dijo la profesora de física, antes de mirar hacia atrás.
Añadió en una tono frío: —Fu Jiu, ven conmigo.
Los estudiantes estaban confundidos por esa actitud extremadamente contradictoria y todos tenían rostros aturdidos.
Todos los profesores antes felicitaron a Fu Jiu y les entregaron complementarios golpes críticos a todos ellos.
Pero, cuando la profesora de física llegó, fue así...
¡¿Quizá el puntaje de Fu Jiu fue tan bajo?!
No.
Sin importar cuán bajo fuera el puntaje de Fu Jiu antes, la profesora siempre era indiferente.
Todos podían notar que la profesora ya se había rendido con Fu Jiu antes y que no le importaba para nada cuando puntos obtenía "él".