¡Lo atrapé! Ese fue el único pensamiento de la mujer de mediana edad. Pero ella era demasiado pesada para ella.
La nueva madre rápidamente agotó todas sus energías y tuvo que volver a subir por agua. Usó toda su fuerza en el último empujón antes de regresar a la superficie. Se apresuró a tomar aire y gritó a la chica en el bote: "Es imposible, no podemos hacerlo, ¿hay alguien más que sepa nadar?".
La niña no sabía nadar. Si pudiera, habría saltado con los dos. "¡Usa la cuerda!"
El tiempo era escaso en un momento tan crítico. Tenían miedo de que la mujer de mediana edad no pudiera aguantar mucho más, lo que destruiría todas sus esperanzas. Afortunadamente, todavía había tiempo suficiente.
La niña tiró de la cuerda con todas sus fuerzas, mordiéndose los dientes, los dedos le dolían por la fricción.
Pero no podían moverse mucho. Poco a poco, la desesperación y la ansiedad comenzaron a nublar sus ojos.