Nada se veía en la total oscuridad de la cueva, se necesitaban lámparas para iluminar el camino. Sonidos extraños venían del fondo del lugar. Por la tenue luz de las lámparas se podían divisar muchas Arañas Brutales del Diablo Gris mirándolos desde todas direcciones; desde el techo y las paredes de piedra, e inclusive desde los pozos que había en la caverna.
Dentro de la unidad, un enorme Tigre Tormenta de Fuego abrió las fauces donde comenzó a formarse una espiral de ardientes llamas rojas, formando una veloz bola de fuego.
¡Froom!
La bola de fuego salió disparada y pegó directo en una de las arañas que no pudo escapar a tiempo. Solamente alcanzó a dar un chillido antes de ser devorada por las llamas.
Un monstruo grado elite fue erradicado de inmediato por la bola de fuego, sin siquiera tener oportunidad de pelear.
—No, esto no va a funcionar. Estamos desperdiciando demasiada energía —dijo una mujer de la unidad con el ceño fruncido.