Al ver a El Loco riéndose en silencio, Audrey y los demás no tuvieron más remedio que apartar sus miradas y dejar de hacer preguntas.
Una situación como esa donde solo se les daban pistas y no explicaciones, no les resultaba problemática. Las existencias al nivel de las deidades generalmente tenían hábitos similares y, a veces, lo que soltaban ni siquiera eran pistas sino más bien revelaciones.
«A los ojos de una figura poderosa como Sir. Loco, basta con proporcionar solo un nombre. Nuestro fracaso para comprender esas cosas es porque aún nos falta desarrollarnos bastante. Necesitamos trabajar más duro para analizar y entender lo que nos quiere decir...»
Audrey estaba cada vez más ansiosa por su futuro como Psiquiatra.
—... Recuerdo que había algo relacionado con la Redención de Rosas en ese templo semi-abandonado ¿verdad?
Alger inclinó la cabeza y miró a El Sol.