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Chapter 28 - Capítulo 28. El Pantano de la Montaña del Este

En el bosque de la montaña en las afueras de la Ciudad de la Prefectura del Oeste

Ji Ning, Mowu y su sirvienta, Hoja de Otoño, estaban cada uno montando una fierobestia negra. Esta bestia tenía la forma de un leopardo y el cuerpo cubierto de motas. Tenía un cuerno en su cabeza. Este era un tipo de bestia extremadamente feroz. Podía escalar montañas como si estuviera sobre tierra plana y era muy rápido. Era una buena montura, pero, por supuesto, era un poco inferior a una bestia monstruosa domada.

Dado su estatus, Ji Ning debía ser discreto al montar sobre este tipo de bestia.

—La Ciudad de la Prefectura del Oeste —dijo Ji Ning cuando dio un vistazo a la distante y enorme ciudad que estaba dejando atrás. Había vivido allí desde que era pequeño—. ¡Vamos! —exclamó.

Con una patada a la cintura de la bestia a la que montaba, la hizo saltar de inmediato hacia adelante y comenzó a galopar. Por detrás, Hierba de Otoño y Mowu se apresuraron en sus propias fierobestias negras.

El invierno quedó atrás. Había comenzado la primavera.

En un área con mucho pasto, dentro de una aldea en la montaña, había docenas de hombres vestidos con pieles avanzando de manera alegre. La mitad de ellos cargaban distintas cosas sobre los hombros

—¡Tio Dala! —exclamó emocionado un joven claramente sin experiencia llevando una lanza— Antes de este día, nunca nos dejaste visitar el Pantano de la Montaña del Este, dijiste que era muy peligroso, pero no encontramos ningún peligro en absoluto y fuimos capaces de atrapar muchos peces. Bastarán para que nuestra tribu se alimente por un largo tiempo.

Una figura que parecía un oso rio al lado de él —Ah Yi, nos trajiste buena suerte. Esta vez ni un solo hombre de nuestra tribu murió en el Pantano de la Montaña del Este. Eso casi nunca pasa. Como sea, no subestimes al Pantano de la Montaña del Este. Ese pantano es uno de los lugares con más Monstruos Malignos en esta área de alrededor de diez mil kilómetros cuadrados. Pero claro, los peces también son abundantes allí.

—Ah Yi, esta es la primera vez que vienes a pescar con nosotros. Después de unos cuantos viajes sabrás cuán peligroso es esto. Cuando regresemos, necesitarás entrenar más y refinar tu ki. Solo puedes vivir una larga vida si eres fuerte —dijo riendo un hombre de un solo brazo al lado de él.

—Ah Yi ya no es un niño. Esta vez, cuando regresemos, necesitamos conseguirle una mujer. Juntemos unas cuantas buenas pieles y vayamos a una de las tribus vecinas para intercambiarlas por una mujer fértil con unas grandes posaderas.

—Consigue unas cuantas más, así pueden dar a luz a más hijos —bromeaban los hombres mayores con este joven.

Justo en ese momento, entre las ramas y los arbustos cercanos, una bestia monstruosa de pelaje negro estaba al acecho. Su pelaje era en extremo liso y los contornos de su cuerpo eran macizos y delicados. Parecía una pantera de algún tipo. Una mecha de color verde podía apreciarse en sus ojos y su cuerpo se acercaba a los siete metros de largo. Su poblada melena era gruesa y parecía un anillo formado por espinas.

Estaba acechando a la espera de una oportunidad.

—No se preocupen por eso, encontraré una por mí mismo —Ah Yi estaba un poco avergonzado y su cara se estaba poniendo roja. Él se apresuró y se fue.

—Es tímido —rieron los hombres mayores.

De pronto...

¡Roaaaar! Un borrón de color negro se abalanzó, en dirección al hombre de la tribu más cercano, un hombre que llevaba un tronco de madera sobre sus hombros.

—¡Monstruo! —rugieron con furia los otros hombres de la tribu y prepararon las lanzas en sus manos. Habían entrenado arduamente desde su juventud, refinando su energía interna por docenas de años y ahora poseían una gran fuerza... ¡Bang! La figura borrosa de las enormes garras negras apartó a las lanzas con facilidad y las tiró hacia un lado.

—Rápido.

—Mátenlo.

Los hombres de la tribu de los alrededores rugían con furia, atacando con sus lanzas. Como eran una tribu pequeña, no poseían ninguna técnica Inmortal compleja, por lo que las armas como lanzas y alabardas eran bastante populares entre ellos. Mientras siguieran practicando unos cuantos movimientos simples cada día, durante años, su poder sería algo a tener en cuenta.

¡Hua! Parándose en las alabardas, el enorme borrón de color negro saltó con facilidad y se abalanzó en dirección al centro del grupo de hombres.

Estos hombres iban a pescar con frecuencia al Pantano de la Montaña del Este, por eso escogieron una ruta segura para regresar, una en la que no se encontraban bestias monstruosas con frecuencia. Pero la experiencia los hizo cautos, por eso los hombres que llevaban las provisiones estaban en el centro, mientras que los guerreros con las armas estaban listos en el anillo exterior.

—¡Un monstruo! —exclamó de forma agitada el hombre con un solo brazo—. ¡Cuidado!

Mientras hablaba blandió su espada, abalanzándose en dirección al colosal borrón de color negro.

—¡Muere monstruo! —El más fuerte de los guerreros de la tribu, el que parecía un oso, "Tío Dala", también blandió su gran hacha mientras se lanzaba hacia el borrón de color negro.

—¡Mátenlo! —Los hombres cercanos de la tribu estaban enloqueciendo.

Todos ellos sabían cuán poderosos eran los Tigres Bi'an. Justo en ese instante, seis poderosos guerreros rodearon al Tigre Bi'an y comenzaron a atacarlo, pero este pasó por encima de sus armas con facilidad y saltó al centro. Allí comprendieron que esta era una bestia monstruosa extremadamente aterradora que ya había alcanzado la cima del nivel Houtian. Era posible que muchos de ellos muriesen hoy.

Grrrrrrrrrr. El Tigre Bi'an rugía furiosamente. A diferencia de antes, cuando se movía de forma ágil, esta vez se quedó donde estaba, atacando de manera salvaje.

¡Clang!

La colisión mandó a volar al hombre de un solo brazo, mientras Tío Dala continuaba dando tajos con su gran hacha, rugiendo de forma salvaje. El Tigre Bi'an notó que ese humano con la gran hacha era el más peligroso del grupo y no le prestó atención al resto de los guerreros de la tribu. Usando sus garras afiladas para golpear esa gran hacha lograba alterar la trayectoria del arma. Sin embargo, la gran hacha aún así logró dar en el costado del Tigre Bi'an y le abrió una gran herida. Pero los músculos en los costados del Tigre Bi'an estaban tensados y muy poca sangre fluyó. El gran problema era que la gran hacha no había asestado un golpe lo suficientemente profundo. Al mismo tiempo, el Tigre Bi'an apartó la gran hacha, y rugiendo, abrió sus colosales mandíbulas y se dispuso a morder a Tío Dala.

—Tío Dala —lo llamó el joven y estupefacto Ah Yi.

—¡Dala!

—¡Dala!

Los hombres de la tribu de alrededor también estaban preocupados.

De pronto.

¡Shua! Algo destelló pasando como un brillante meteoro desde lejos, penetrando al instante en el cráneo del Tigre Bi'an, lo atravesó, siguió volando antes de atravesar un árbol gigante y luego salió disparado desde el otro lado del árbol.

Grrr

El Tío Dala cayó al Suelo, con el cuerpo del Tigre Bi'an encima de él y la sangre cubriendo su cara.

—Tío Dala —el joven Ah Yi corrió inmediatamente. Estaba a punto de llorar.

—Estoy bien —El poderoso hombre de la tribu empujó al Tigre Bi'an, luego se puso de pie mientras se frotaba la cara, dándose cuenta de que estaba cubierta de sangre—. Esta no es mi sangre, es la sangre del Tigre Bi'an.

El hombre de un solo brazo se acercó y le echó un vistazo, primero miró el cadáver del Tigre de Bi'an y luego al árbol cercano. Sus pupilas se contrajeron y susurró—: Que una flecha atraviese el duro cráneo del Tigre de Bi'an y luego pase a través del árbol de flecha negra es aterrador. Además, la flecha le dio al Tigre Bi'an en mitad del salto. Esta habilidad de tiro con arco definitivamente pertenece a un arquero divino. Un arquero divino disparó esta flecha.

Todos los miembros de la tribu miraron fijamente el cadáver del Tigre de Bi'an, luego miraron lejos en la dirección de donde la flecha había venido y donde el arquero divino debía estar.

¡Hua! ¡Hua! ¡Hua!

Tres figuras salieron de la espesura del bosque de la montaña. Los miembros de la tribu observaron con atención y pronto pudieron verlos con claridad. Eran tres personas montando fierobestias negras bien cuidadas. Las fierobestias negras se movían a través de las cuestas de la montaña como si viajaran en tierra plana y pronto llegaron ante los hombres de la tribu.

—¡Oh!

Al ver a las tres personas frente a ellos, todos los miembros de la tribu estaban asombrados.

Estaban montando hermosas fierobestias negras y llevaban unas preciosas ropas de piel de bestia confeccionadas de una manera meticulosa. La persona al frente era un joven de apariencia infantil y atractiva, mientras que a su lado estaba una chica muy hermosa. Los hombres podrían jurar que no encontrarían una chica tan hermosa como esta en toda su tribu. Aunque estaba vestida con ropa de guerrero, no podía ocultar su belleza. En cuanto al hombre al otro lado del joven, este emitía un aura feroz, que hizo que los corazones de los hombres de la tribu se encogieran.

De un salto, el hombre mayor desmontó su fierobestia negra, caminó hacia el alto y grueso árbol de flecha negra y sacó el proyectil.

—Joven maestro…

El hombre caminó junto al joven y le ofreció la flecha.

Ji Ning la aceptó.

Aunque habían preparado muchas flechas para esta expedición, si se excedían en los disparos, probablemente se les terminarían acabando. Todas estas flechas eran muy buenas, tanto que podían ser usadas varias veces.

—Honorable joven maestro.

El hombre de la tribu con un solo brazo avanzó y se inclinó de manera respetuosa.

—Gracias por salvarnos, ¿puedo preguntar si hay alguna forma en la que nuestra Tribu Piedrametal pueda pagarle, joven maestro?

Los otros miembros de la tribu no se atrevieron a hacer ruido.

Alguien que traía sirvientes mientras viajaba no era una persona ordinaria. Y, además, antes se le había llamado "joven maestro". Alguien que era respetuosamente llamado "joven maestro" era, por lo general, el hijo de un jefe de una tribu mayor con decenas de miles de miembros. Claramente, este joven debía pertenecer a una gran tribu.

—¿Estás familiarizado con el Pantano de la Montaña del Este? —preguntó Ning, montado en su fierobestia negra.

Los miembros de la tribu se miraron.

¿Por qué iba este joven maestro al Pantano de la Montaña del Este? Definitivamente no iba a pescar como ellos acababan de hacer, ¿verdad? Era muy peligroso.

—Yo sí—aseguró el poderoso Tío Dala, de piel oscura, dando un paso adelante—. He pescado en el Pantano de la Montaña del Este durante años y estoy muy familiarizado con el lugar. Joven maestro, si desea ir al Pantano de la Montaña del Este, puedo guiarle.

—Excelente —aceptó Ning, montado en su fierobestia negra con una sonrisa y luego, con un giro de la mano, lanzó una "cabeza" de oro—. Ven conmigo entonces.

Aceptando la cabeza de oro, los ojos del Tío Dala se iluminaron instantáneamente. Esta cabeza de oro, que pesaba aproximadamente 4 kilos, era más que suficiente para que su hijo viviera el resto de su vida. Inmediatamente, se lo dio al hombre de un solo brazo que estaba cerca—. Ayúdame a llevarlo de vuelta y dárselo a mi hijo mayor. Si muero, entonces cuida de mis tres niños pequeños.

—Está bien —asintió el hombre de un solo brazo con la cabeza.

—Dime tu nombre —dijo Ning.

—Honorable joven maestro, ¡puede llamarme Dala! —dijo respetuosamente el Tío Dala.

—Dala, sube a su fierobestia negra. —Ning señaló a la montura de Hoja de Otoño—. Hoja de Otoño, ven y siéntate conmigo.

—Sí, joven maestro —Hoja de Otoño desmontó y luego subió a la fierobestia negra de Ning y rodeó la cintura de Ning con sus brazos. Ella había servido a Ning desde que su nacimiento y eran tan cercanos como hermanos. Además, como sirvienta personal de Ning, se determinó hace mucho tiempo que fuera la mujer de Ning, no había tabúes entre ellos.

Tío Dala, conteniendo la respiración, montó cuidadosamente la fierobestia negra. Nunca antes había montado una bestia tan fina.

—Vamos —ordenó Ning.

¡Hua!

Ning y los otros montaron las fierobestias negras y desaparecieron en un instante en el bosque de la montaña.

—Tío Sable —preguntó frenéticamente el joven Ah Yi—, el tío Dala los va a llevar al Pantano de la Montaña del Este. ¿No es peligroso?

El hombre con un solo brazo asintió.

—No son como nosotros. Ese joven definitivamente es el hijo del líder de una gran tribu y ha recibido la mejor formación desde que nació. Esa flecha probablemente fue disparada por él. Lo más probable es que haya venido al Pantano de la Montaña del Este para aventurarse en un rito de paso. Tendrá que matar un cierto número de bestias monstruosas, pero el Pantano de la Montaña del Este es un área demasiado grande y complicada. Depender de un simple mapa no es suficiente, así que le pidieron al Tío Dala que les guiase.

—¿Rito de paso? Pero ese joven aún no es un adulto —dijo Ah Yi.

—Algunas personas lucen mayores que su edad, otros parecen más jóvenes —dijo el hombre de un solo brazo.

En realidad, Ning tenía solo once años, aunque ya medía 1,7 metros, la misma altura que tenía en su vida pasada.

—Ese joven maestro era muy amable —suspiró el hombre de un solo brazo—, Justo en el momento en que el Tigre de Bi'an nos emboscó, si ese joven maestro no hubiera intervenido, probablemente varios de nosotros habríamos muerto, ¡y el primero en morir habría sido tu Tío Dala! Como salvó su vida, tu Tío Dala les habría hecho de guía aunque le costara la vida. Además, el joven maestro le dio una cabeza de oro... ¡cuatro kilos de oro!

—Rápido, rápido, rápido —apuró de repente el hombre de un solo brazo—. Desollen el cadáver de ese Tigre Bi'an y llevémoslo de regreso.

—Rápido.

—Vengan.

Uno tras otro sacaron sus cuchillos y hachas y, así, desollaron rápidamente el cadáver del Tigre Bi'an, y luego continuaron con su viaje de regreso.