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Chapter 29 - Capítulo 29. Entrando en el Pantano

El escuadrón de Ning, montados sobre sus tres fierobestias negras, corría a través de las fronteras del bosque de montaña.

—Miren —dijo el Tío Dala señalando al frente—, el Pantano de la Montaña del Este está justo delante.

—El Pantano de la Montaña del Este —dijo Ning mirando a la distancia.

Un enorme lago sin fin se extendía a lo lejos, titilando con la hermosa luz del sol primaveral. A simple vista, se podían ver bestias voladoras pescando o algunas colas de enormes criaturas acuáticas retorciéndose entre los juncos. De vez en cuando, una cabeza enorme salía a la superficie. ¡Este era el mundo de los monstruos!

—El Pantano de la Montaña del Este —murmuró Ning—. Por fin estamos aquí.

El Pantano de la Montaña del Este estaba situado entre el territorio del clan Ji y el clan Maderaferrea. El clan Maderaferrea era una potencia hegemónica a la par del clan Ji. ¡Eran enemigos!

El Pantano de la Montaña del Este tenía más de mil kilómetros de ancho e igualaba en tamaño a una "provincia" de su vida anterior. Un enorme lago como este debía ocultar a innumerables monstruos en sus aguas. ¡El clan Ji había registrado la existencia de doce Monstruos Malignos en este pantano!

Desde que dejó el clan Ji de la Prefectura del Oeste y partió hacia la aventura, Ning había querido ir a luchar contra unos cuantos Monstruos Malignos de nivel Xiantian, pero los Monstruos Malignos estaban ocultos dentro de los lagos profundos y las altas montañas. ¿Cómo los podría encontrar? Antes, había pasado casi un mes entero buscando sin ningún éxito. Furioso, Ning inmediatamente cambió su rumbo, ¡y se dirigió directamente al Pantano de la Montaña del Este!

—Hay muchos monstruos en el Pantano de la Montaña del Este y muchos de ellos son de la etapa temprana del nivel Xiantian. Me niego a creer que no encontraré a ninguno.

Ning era como un ternero recién nacido que no conocía el significado del miedo. Sin embargo, no se atrevía a ser demasiado incauto, porque muchas tribus del clan Ji habían muerto aquí en el Pantano de la Montaña del Este, ¡como su abuelo!

—Mowu, Hoja de Otoño —dijo Ning dando un salto de la parte posterior de su fierobestia negra —, el Pantano de la Montaña del Este es un lugar demasiado arriesgado y hay peligros en todas partes. Además, las fierobestias negras no son de utilidad en el agua. Ustedes dos, tomen estas tres fierobestias y diríjanse a la Tribu Piedrametal ¡espérenme en la Tribu Piedrametal! —ordenó.

Mowu y Hoja de Otoño se miraron el uno al otro. Solo podían responder respetuosamente—: Sí, joven maestro.

—Dala —Ning miró al gran hombre de piel oscura—. Tú y yo nos adentraremos en el lago. Ayúdame a conocer los alrededores y luego podrás volver y descansar en la Tribu Piedrametal también.

—Sí, joven maestro —dijo respetuosamente el Tío Dala.

—Vamos —Ning inmediatamente se dirigió hacia adelante y el Tío Dala, llevando su gran hacha, le siguió detrás. Hoja de Otoño y Mowu vieron cómo su joven amo entró en el lejano Pantano de la Montaña del Este. Aunque estaban nerviosos, no había nada que pudieran hacer. Uno de ellos era una sirvienta, mientras que el otro no era más que una persona asignada para enseñarle al joven amo su abundante experiencia en lo salvaje. Su poder era muy inferior al de Ning.

Las vistas en el vasto lago eran hermosas.

—Dentro de este gran lago hay lugares con islas de terreno firme y pastos — contó el Tío Dala con una sonrisa—. De hecho, hay incluso algunas aldeas pequeñas. Pero, por supuesto, si entras en la mayoría de las zonas fangosas, te hundirás en el pantano. También está el inmensamente profundo lago. Dentro del pantano, es difícil moverse y si no tienes cuidado, te quedarás atrapado en él.

Ning estaba a su lado.

—Nuestra Tribu Piedrametal ha vivido en un pueblo cerca del pantano durante siglos y venimos aquí a pescar a menudo. Sabemos exactamente cuáles son los caminos transitables y cuáles no —el Tío Dala estaba muy confiado.

¡Pa! ¡Pa!

Avanzando por el lodo, Ning seguía a este guerrero tribal a través del Pantano de la Montaña del Este.

—Mira. —Un pergamino de piel de oso apareció de la nada en las manos de Ning—. Este es el mapa del Lago de la Montaña del Este. Guíame a estas áreas.

—¡Ah! —El tío Dala estaba aterrorizado—. Estos… Estos son todos los lugares donde se esconden los Monstruos Malignos. Estos son los lugares más peligrosos. No nos atrevemos a acercarnos a ellos.

—No necesitas acercarte a ellos —dijo Ning sacudiendo la cabeza—. Solo llévame cerca y dime desde lejos cómo llegar.

La frente del Tío Dala estaba cubierta de sudor.

—Está bien. Yo le guiaré, joven maestro.

El Pantano de la Montaña del Este era demasiado grande. De hecho, cruzar el pantano a pie hizo que avanzaran muy lento. Además, esta era la primera vez que Ning venía aquí y las muchas sendas serpenteantes se extendían por miles de kilómetros. Afortunadamente, el experimentado Tío Dala lo guió de un camino oculto a otro, lo que les permitió sortear el pantano con facilidad.

En un abrir y cerrar de ojos, pasó más de un mes.

Ning había llevado comida y bebidas dentro de su piedra alga. También podían asar la carne de algunos monstruos. Cada vez que se iban a dormir, solo tenían que encontrar un parche de tierra seca o hierba. Ning no tenía prisa por ir a desafiar a esos Monstruos Malignos. Primero quería localizarlos. Después se aventuraría por sí mismo confiando en su nivel "uno con el mundo" para caminar fácilmente sobre la superficie del lago. Era capaz de atravesar mil kilómetros en solo un día.

—Este es el último lugar. —El Tío Dala señaló desde lejos a un lugar distante, donde el acelerado crecimiento de las plantas acuáticas, de por lo menos tres metros de altura, ondeaba en el viento—. Justo allí, donde las plantas acuáticas están creciendo, está la guarida de una Bestia Mayor. Supuestamente, es un rinoceronte extremadamente grande, un rinoceronte acuático del tamaño de una pequeña montaña.

—Está bien. Regresemos. Después de regresar a la Tribu Piedrametal, te recompensaré con creces —dijo Ning.

—Joven maestro, ya me ha dado suficiente —dijo precipitadamente el Tío Dala.

Este joven de apariencia delicada era en realidad terriblemente poderoso. Durante su mes en el Pantano de la Montaña del Este, habían sido atacados por un buen número de bestias monstruosas, ¡pero todas ellas murieron de un solo golpe de la espada del joven! A Ning no le importaban los cadáveres de las bestias monstruosas, pero el corazón del Tío Dala se lamentaba cada vez que mataba a una. Esta era carne de bestia monstruosa. Si la vendían, la situación de la tribu mejoraría; pero él no podía llevársela toda, así que todo lo que podía hacer era sacar unas cuantas partes y llevarlas con él.

—¿Eh? —Ning y el Tío Dala de repente miraron hacia la distancia.

A lo lejos, había un numeroso escuadrón de soldados.

En lo profundo del pantano, había zonas sólidas, zonas lodosas e incluso zonas montañosas, junto con una gran montaña. Esa montaña era conocida como la Montaña del Este, por lo que este pantano era conocido como el Pantano de la Montaña del Este.

A lo lejos, podía ser verse un escuadrón de varios cientos de soldados agrupados en una colina. De repente, diez figuras corrieron a gran velocidad hacia Ning y Tío Dala.

—¿Qué está pasando? —Ning frunció el ceño.

—Rápido, vámonos.

El Tío Dala estaba tan asustado que inmediatamente salió corriendo.

¡Shua!

Uno de esos diez hombres llevaba una armadura de metal azul y con un aullido, saltó hacia adelante a una velocidad asombrosa y bloqueó el camino de escape del Tío Dala.

—Ustedes dos —dijo con frialdad el hombre de armadura azul, haciendo una pausa solo para echar un vistazo a la exquisita ropa de piel de bestia que llevaba puesta Ning antes de continuar desdeñosamente—, ¡vengan con nosotros!

—¿Qué quieres de nosotros? —preguntó con respeto el Tío Dala, viendo la armadura del hombre, inmediatamente se inclinó.

Los otros nueve caminaron hasta ellos, todos estaban vestidos de armadura.

—Dense prisa. Si les decimos que nos sigan, sígannos. ¡De lo contrario, morirán aquí! —Estos guardias armados los miraban fríamente mientras cargaban sus armas. Parecían ser muy hábiles.

El Tío Dala miró a Ning.

—Echemos un vistazo por ahora.

En realidad, Ning estaba bastante calmado. Estos guardias con armadura claramente no eran gente común, pero para él, no eran más que pollos salvajes enfrentando a un perro voraz. ¿Pero por qué los guardias con armaduras querían que los siguieran? Si no era necesario, Ning prefería no masacrar tan casualmente a otras personas.

—Muévanse.

—De prisa.

Bajo la atenta mirada de los diez guardias blindados, Ning y el Tío Dala se dirigieron hacia la colina.

Había un poco de hierba en la colina y cientos de personas allí. La mayoría de ellos estaban tendidos en el suelo con las manos y los pies atados, con un un centenar de guardias acorazados a su alrededor y un asiento de piedra en el centro. En el asiento de piedra, había un hombre musculoso de al menos 1.98 metros de altura con una gruesa armadura y una mirada dominante.

Ning miró sorprendido al hombre alto con armadura que se sentaba en el medio. La "piedra demoníaca" en el bolsillo de Ning irradiaba calor. Claramente había percibido la presencia de un monstruo cercano. Al mismo tiempo, Ning podía sentir que el colosal hombre con armadura, quien era escoltado por los muchos guardias, tenía un aura extraordinaria.

—Hay un Monstruo Maligno cerca.

Ning se apresuró a inspeccionar a todos con cuidado.

Solo veía humanos cerca. ¡Un monstruo que podía tomar forma humana era sin duda un Monstruo Maligno!

Ning había traído muchos objetos con él en este viaje y la piedra demoníaca era uno de ellos. Las piedras demoníacas eran un tipo de roca natural especial. Una vez que sentían el aura de un monstruo comenzaban a emanar luz y calor. Algunas ciudades que eran incluso más grandes que la Ciudad de la Prefectura del Oeste tenían "Espejos Reveladores de Monstruos" instalados en las puertas de la ciudad, que se formaron a partir de múltiples piedras demoníacas. Si un monstruo se acercara, el Espejo Revelador de Monstruos inmediatamente irradiaría luz.

Los humanos tenían un aura humana, mientras que los monstruos tenían sus propias auras monstruosas. Estas eran un tipo de aura vital.

—¡Dala!

—¡Tío Dala!

De repente, varias voces sonaron.

Ning y el Tío Dala voltearon la cabeza y vieron que entre las personas prisioneras había diez de ellos llamándolos. Esto hizo que el Tío Dala inmediatamente tuviera una mirada angustiada en su rostro.

—Tigre Negro, ¿por qué te han traído aquí? —Esas diez personas habían provocado a su tribu en el pasado.

—Dala, ¿por qué estás aquí? Esa persona gigante es un Monstruo Maligno. Nos va a comer a todos —dijo uno de los miembros de la tribu en estado frenético.

—¿Un Monstruo Maligno? —El Tío Dala estaba conmocionado.

Ning devolvió la mirada a ese hombre enorme con la armadura pesada sentado en el centro de ese anillo de guardias blindados. Echando un vistazo con cuidado, vio que el hombre gigante tenía un toque de sangre en la comisura de sus labios y golpeaba a los prisioneros con una expresión de satisfacción en su rostro. Esto hizo que el corazón de Ning se llenara inmediatamente de una ira asesina.

—¡Así que el monstruo que mi piedra demoníaca sintió es él! El Pantano de la Montaña del Este tiene un total de doce Monstruos Malignos. Me pregunto cuál de ellos será.

—Cierra la boca —ordenó un guardia armado mientras pateaba a un hombre atado de forma salvaje repetidas veces—. Todos ustedes, cierren la boca.

—Estás dañando a tus compañeros humanos por el bien de un Monstruo Maligno, ¿y quieres que cerremos nuestras bocas?

—Y ustedes son los venerables Guardias Azules del clan Maderaferrea, ¡realmente eres una desgracia para el clan Maderaferrea!

—Patea, patea todo lo que quieras, patéanos a todos hasta la muerte.

La gente que estaba siendo pateada gritaba salvajemente.

—¡Basta! —vociferó el hombre colosal y fuertemente protegido sentado en el banco de piedra. Su voz era muy profunda, como si viniera de un megáfono—. Si los pateas hasta matarlos, entonces te comeré.

El guardia acorazado miró al gigante con armadura pesada y luego, infelizmente, retrocedió.

—¡Rey Rinoceronte Acuático! —gruñó un guardia calvo con armadura— Ya te hemos ayudado a capturar a más de quinientas personas. Nuestros camaradas se han extendido por todas partes para capturar a la gente. Ya hemos hecho nuestra parte. Devuélvanos a nuestro joven amo y nuestro clan Maderaferrea actuará como si esto nunca hubiera ocurrido. De lo contrario, si la situación empeora, deberías saber que eres incapaz de soportar la furia de nuestro clan Maderaferrea.

Observando desde la distancia, bajo la vigilancia de dos guardias con armadura, los ojos de Ning se iluminaron.

¿Rey Rinoceronte Acuático?

Solo había un Rinoceronte Acuático entre los doce Monstruos Malignos del Pantano de la Montaña del Este. ¡Era un Monstruo Maligno en la etapa temprana del nivel Xiantian!

—¿Etapa temprana del nivel Xiantian? —murmuró Ning, mientras los ojos de Ning se llenaban de sed de sangre—. He buscado durante mucho, mucho tiempo a un monstruo de este nivel de poder. Esto es como dice el dicho: "Busca a lo largo y ancho en vano, pero luego lo descubrirás de repente".