Duan Ling Tian era perfectamente consciente de que el dolor que sentían el Patriarca y los ancianos no era menor al que sentía él... ¡Ahora por fin tenían la oportunidad de desahogarse hasta aliviar sus corazones!
—Anciano Mayor, puede descansar en paz por fin. ¡A partir de hoy, la familia Fang dejará de existir! —proclamó Duan Ling Tian, alzando la mirada al cielo, con un brillo en la mirada.
Al poco tiempo, los ancianos de la familia Li estaban todos empapados en sangre. Claro, con la sangre de los ancianos de la Familia Fang.
—Duan Ling Tian, gracias.
El Patriarca de la Familia Li, Li Nan Feng, y los ancianos de la Familia Li le rindieron una sincera reverencia a Duan Ling Tian.
¡Ésta era su más sentida gratitud!
Si no hubiera sido por Duan Ling Tian, habría sido imposible vengar la muerte del Anciano Mayor.
—Patriarca, yo también soy parte de la Familia Li. —aseguró Duan Ling Tian, resumiendo su punto de vista.