—¡Entra ahí!
Dos guardias llevaron a Yi Yun hacia la entrada de una recámara en la residencia real Chu, lo empujaron dentro de ella y luego encadenaron cada una de sus extremidades.
Yi Yun cayó al helado suelo de espalda. Cada aliento que dejaba escapar liberaba un vapor frío, lo que condensaba la humedad del aire.
Las puertas y ventanas de la recámara estaban hechas de un metal especial, grabado con matrices. Incluso si un Señor Humano fuera encerrado aquí, no tendría la capacidad para escapar.
Además, había guardias de la residencia real Chu patrullando fuera de la puerta; y más lejos, estaban todos los miembros legendarios del clan familiar Shentu. Intentar escapar solo era una ilusión.
Aunque a pesar de todo lo que estaba sufriendo había logrado sobrevivir, solo podía hacerlo durante un período de tiempo corto. La razón de esto era la obsesión de Shentu Nantian con la sangre de Jiang Xiaorou.