Después de la discusión de Han Sen con Sieg, notó que algo andaba mal la próxima vez que intentó usar su comunicador para conectarse a Skynet. Llegó como un shock extremo.
Si bien solo había pasado un día dentro de la Sala de control principal, afuera en la Alianza, habían pasado diez años.
"No es de extrañar que Sieg no nos reconozca". Han Sen pensó que este hecho era increíble. La tecnología del cristalizador también pudo distorsionar el tiempo. Fue una realización bastante aterradora.
Han Sen echó un vistazo a La historia de los genes. Inicialmente, le resultó difícil creer que era un libro adecuado con el que podía aprender a practicar. Ahora que entendía que los cristalizadores eran capaces de jugar con el tiempo, las posibilidades que sugería el libro parecían mucho más convincentes.
