—¿No es el colgante un genonúcleo dado por este tipo Dios? ¿No puede su poder ser suficiente para abrir el ataúd? —Han Sen le preguntó a la criatura. No le sorprendió demasiado que el Gato de las Nueve Vidas pudiera hablar, dada su reputación.
El Gato de Nueve Vidas entrecerró los ojos y le respondió, diciendo:
—Esta cosa no es un genonúcleo. Si Dios lo tuviera, por supuesto que podría abrir el ataúd. Pero tú no eres Dios. Es perfectamente normal que no puedas abrirlo.
Cuando Gato de Nueve Vidas dijo esto, la luz roja del colgante comenzó a atenuarse y a desvanecerse. Han Sen ya había asumido que era el Gato de Nueve Vidas el que había disparado el poder del colgante para permitirle superar al Señor Li, pero le preguntó al gato:
—¿Realmente no hay otra manera de sacarlo del ataúd?
El Gato de las Nueve Vidas respondió fríamente: