—Si el Emperador Diablo Antiguo matara a un semidiós, ¿qué ganaría con la obtención de un núcleo y su sangre? Menos el asunto de ser borrado, claro está. —Han Sen se preguntó esto, reflexionando sobre todo lo que le habían dicho en su conversación con el Rey Dragón.
Con la magnitud del poder del Emperador Diablo Antiguo, era de los que no tenían problemas para ascender al Cuarto Santuario de Dios y convertirse en un semidiós. Por lo que había oído, no habría necesidad de intentar algo tan arriesgado como desafiar a un semidiós en el Tercer Santuario de Dios.
Debía haber un gran beneficio o bonificación para conseguir, al convocar voluntariamente a un semidiós e intentar matar a uno. Incluso el semidiós más débil no sería un asunto de risa con el que tratar.