—¡Emperador No Dios! —exclamó la Bruja Vacía.
Las caras de Han Sen y de la Emperatriz del Loto cambiaron, ambos igualmente sorprendidos al ver que los había estado cazando.
—¿Eres realmente tan persistente? —dijo la Emperatriz del Loto.
—Déjame la fruta que tomaste y vete. —Emperador No Dios se refería a Han Sen.
—No dejaré mierda. —Han Sen sacó a Taia y con una explosión de coraje, saltó hacia Emperador No Dios.
Emperador No Dios giró la Espada de Ningún Dios y se adelantó para encontrarse con él.
¡Argh!
El hombro de Han Sen fue cortado, y si lo hubiera evadido una fracción de segundo después, su brazo habría sido cortado completamente. La Taia de Han Sen se las arregló para encontrar su objetivo, el pecho del Emperador No Dios. Pero parecía estar imbuido de algún tipo de poder que repelía los ataques directos. La espada de Han Sen se abrió como una goma después de entrar en contacto.