—¿Es una mascota humanoide con alma de bestia? —preguntó Reina, mientras miraba a Caballero Desleal.
Han Sen asintió con la cabeza, pero no se extendió. Sabía que ella sería testigo de su poder tarde o temprano.
Caballero Desleal se acercó a la entrada del refugio y en ese momento empezaron a aparecer mantis religiosas de color púrpura en un intento de asaltar a los posibles intrusos. Algunos de ellos venían de más allá de la puerta, mientras que otros saltaban desde el muro perimetral del refugio. Tenían alas para deslizarse, pero no podían usarlas para volar correctamente.
Han Sen se había encontrado antes con mantis religiosas y sabía que sus brazos eran prácticamente espadas. Una de las mantis era tan grande como un tigre, claramente por encima de las otras que habían venido a atacar. Saltó ante el Caballero Desleal.
—Esa podría ser la mantis religiosa de sangre sagrada —dijo Reina.