Han Sen sacó la calabaza y la colocó en su mano. Antes era de oro, pero ahora era tenue y de aspecto sucio. Las grietas se habían manifestado en su superficie, dándole la apariencia de barro seco y viejo.
Sin embargo, su latido se hacía cada vez más fuerte. Han Sen creía que pronto surgiría algo.
—¿Es esto? ¿Lo que está adentro finalmente se va a revelar? —Han Sen estaba sorprendido.
Estaba contento de que lo que había dentro finalmente saldría de la calabaza, pero no pudo evitar preguntarse si sería algo bueno o malo.
Cuando la calabaza vibró, la cáscara en forma de lodo comenzó a desprenderse.