Les tomó medio día de viaje, en total, para llegar al pie de la Montaña del Trueno.Cada centímetro más cerca que viajaban, aumentaba el temor que infundía la montaña traicionera. Los rayos siguieron destellando en los cielos, golpeando el pico varias veces. Cada destello envió una serie de rocas rotas cayendo en picado a la tierra debajo.
—Raro. ¿Por qué no hay criaturas alrededor? Esto es extraño —dijo Lui Gui frunciendo el ceño.
—Es extraño. La última vez que vinimos aquí, había muchas otras criaturas. Pero esta vez, no hemos visto una sola —dijo ZhaoXuebin, visiblemente confundido.
Han Sen pensó para sí mismo: «Eso es por lo del zorro plateado. ¡Con este lindo y pequeño soplador a mi lado, las criaturas que molestan mi viaje son cosa del pasado!»
—Es mejor sin ellos, ¿no? Podemos matar libremente a Toro de Trueno —dijo Han Sen y de pronto montó al gruñón.
—En ese caso, dependemos de ti —dijo cortésmente ZhaoXuebin.