En la piscina, en la dirección que miraba el zorro plateado, nadaba un pez. El pez no era muy grande. De hecho, solo tenía unos diez centímetros de largo y era semitransparente. Sus huesos también eran transparentes, y la única forma en la que uno si quiera podía verlo era por sus vasos sanguíneos. Si uno no miraba el agua con cuidado y lo buscaba de esa manera, no se daría cuenta de que existía.
Debido al agua, Han Sen fue incapaz de sentir su fuerza vital. En lugar de eso, convocó su máscara de ojo de diablo y logró espiar la presencia de una llama en el pez. Era su fuerza vital y ardía tanto como la cualquier otra súper criatura.
«¿Esa pequeña cosa es una súper criatura?» Han Sen sintió una mezcla de conmoción y confusión.