Han Sen observaba desde su asiento en el sofá el baile sensual de Ji Yanran. Ya se había quitado su blusa blanca, revelando su delgada cintura y sus enormes pechos, ahuecados por la caricia de su corpiño. Ji Yanran giró su sexy cintura y su esponjoso trasero. Se inclinaba hacia adelante sobre Han Sen mientras bailaba, y sus manos lentamente empezaron a soltar su corpiño para liberar sus ansiosas tetas.
—¡Quítatelo! ¡Quítatelo!—exclamó con ansias Han Sen. Los ojos de Han Sen estaban totalmente en contemplación a la mujer que tenía delante de él: con el pelo negro, los labios rojos y la piel pálida como la nieve.
—¡Ay!—gritó Han Sen con dolor. Justo cuando el corpiño estaba por soltarse y revelar el espectáculo completo de su pecho, Han Sen recibió un golpe en la cabeza.
Una de las manos de Ji Yanran sostenía su corpiño, mientras que la otra estaba apretada en un puño.