Aunque la súper criatura estaba en el precipicio de la muerte, había logrado atacar lo suficiente como para causar daño a numerosos miembros de la familia Zhao. Pero ahora, el daño en el que había incurrido era demasiado grande, y pronto caería por última vez.
Zhao Heng estaba increíblemente emocionado. Le ordenó a su gente que atacara a la súper criatura diciendo: —¡Vamos! ¡Se morirá pronto!
De los ocho miembros de la familia, tres habían sido asesinados. El resto había incurrido en al menos un trauma o lesión, pero la idea de derribar a una súper criatura reunió su coraje para continuar su lucha.
—¡Déjame matarlo! —Zhao Haiyang miró al monstruo que apenas podía pararse y habló en voz alta con gran emoción.
—De acuerdo —dijo Zhao Heng. No estaría en desacuerdo. De los ocho que habían venido, Zhao Heng era el mayor, y Zhao Haiyang era un descendiente directo de él.